La tarta por excelencia, la primera de muchas que hacía siempre para los cumpleaños. En este 2020 que no hemos podido celebrar el cumpleaños de mi hermana como otros años, juntándonos con toda la familia, he hecho la que más le gusta. Hacía mucho que no la hacía, tanto que he tenido que remover Roma con Santiago para encontrar la receta.
Es una tarta contundente, no lleva horno y es muy fácil de hacer.
Les ha encantado, hacía mucho que no la probaban y como éramos menos que de costumbre, ha cundido mucho.
Ingredientes:
- 125 gr. de chocolate sin leche o negro
- 5 huevos M
- 5 cucharadas de azúcar
- 100 gr. de mantequilla líquida
- 1/2 litro de leche
- 1 chorrito de esencia de vainilla
- 1 chorrito de brandy
- 2 paquetes de galletas maría (mejor que sobren)
Para la cobertura:
- 125 gr. chocolate con leche
- 2 cucharadas de mantequilla derretida.
En un cazo se pone la leche a hervir con la vainilla, el brandy. Después se retira del fuego y se reserva.
Se separan las yemas de las claras.
Las claras se montan con unas gotas de zumo de limón a punto de nieve y se reservan.
Se baten las yemas con el azúcar hasta blanquear.
Aparte se pone al fuego al baño María el chocolate negro con 4 cucharadas de agua y se funde.
Fuera del fuego se añade la mantequilla. Se une esta mezcla a las yemas y el azúcar.
Después, se añaden las claras poco a poco con movimientos envolventes a esta mezcla.
Se cogen las galletas y se van remojando en la leche hervida.
Se toma un molde antiadherente y se cubre el fondo con galletas.
Alternativamente, se va poniendo una capa de crema y una de galletas, acabando con galletas. Se mete en la nevera 24 horas.
Se desmolda y se hace la cobertura. Se funde el chocolate con leche con 4 cucharadas de agua y la mantequilla derretida. Con esto se cubre la tarta.
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