Una tarta con pocos ingredientes, que resulta demasiado light para mi gusto, es como si te comieras una nube que no llena nada, quizás algo insulsa de lo ligera que es.
Como se hace al baño maría, recomiendo un molde que no sea desmontable, porque aunque puse bastante papel de aluminio, se mojó algo y ya no es lo mismo.
Es como la tarta japonesa, me salió alta pero luego se fue hundiendo.
Ingredientes:
- 4 huevos L
- 250 gr. de queso de untar
- 200 ml. de leche condensada
Precalentar horno solo abajo a 180º.
Monde de 20 cm. con papel de aluminio en la base. Recomiendo un molde que no se desmonte.
Se unta con mantequilla las paredes y la base.
Se separa las yemas y las claras.
Se montan las claras con unas gotitas de limón a punto de nieve. Se reservan.
En otro bol, sin limpiar las varillas, se ponen las yemas y el queso. Se bate con las varillas.
Se añade la leche condensada y se bate.
Se van añadiendo las claras poco a poco.
Se pone en el molde.
Se coloca encima de un recipiente con agua caliente, con 1 ó 2 cms. y se mete en el horno. Calor abajo en la parte más baja del horno a 180º unos 30 minutos.
Si te gusta más dorada, le pones el grill 5 minutos más.
Se apaga el horno y se deja dentro con la puerta entre abierta. A la media hora se saca y se pone en una rejilla.
Para decorar se añade azúcar glass por encima.
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